Me encuentro exactamente en el medio de un laberinto...
Laberinto creado por mi soledad para evitar que alguna persona atente con la integridad de ella...
Laberinto formado por gruesos muros de cemento, de color gris pálido y con caminos y enredos sin fin...
Laberinto abierto con un único camino recto y sin obstáculo alguno hacia esa persona que mi capricho (por ponerle algún nombre) quiere que me rescate de aquí pero, paradójicamente, no encuentra respuesta del otro lado...
A pesar de ser esta la mejor "fortaleza" planteada de mi soledad, en él, hoy se encuentran dos curiosas personitas que se colaron ingenuamente en este...
Dos curiosas personitas que replantean la existencia de mi soledad y juegan con mi razón...
Tímidamente alguna que otra sensación va marcando una suerte de camino para que alguna de ellas tenga un acierto en este tramposo laberinto... Pero estas sensaciones están muchas veces guiadas por la misma razón y no por el corazón...
Por las dudas mi soledad ha sonado la alerta roja, roja de amor...
Y mientras tanto, ellas siguen jugando este juego de (in)estabilidad emocional donde el mayor obstáculo es la soledad que ya se creer dueño y ganador de este premio que soy yo.