lunes, 23 de abril de 2012

Al diván...

Desvariación de sentimientos...
Desencuentro de emociones...
El temblor de un pie afirmado en la silla...
Una cabeza algo inquieta...
El tibio sudor y la poca templanza de las manos...
Los nervios y palpitaciones, sentidos como en un ritual donde no dejan de sonar los tambores...
Todo como sintomatología "normal" previa al "estoy enamorado, perdidamente enamorado de vos"...

En resumidas cuentas todo empieza en una noche de verano, estrellas por doquier, una amiga de una amiga. Yo con mi alegría y la vergüenza como estandartes, ella con muchas inhibiciones y una simpatía singular... Un "Hola", una sonrisa y alguna que otra locura (sana locura) pendiendo de su personalidad fueron fundamentales para que mi Yo enamoradizo se despertara. Todas las noches de verano y algunas pocas de otoño multiplicaron las sonrisas, sumaron la confianza y la complicidad de esas locuras, que curiosamente me enloquecían.
Así también empezó a tomar color la palabra "amistad" que uno no quiere recibir de esa persona que le gusta, lo enamora y lo enloquece. Pero lo mío fue aceptar. Me transformé en su psicólogo de amoríos baratos (como de tantas otras amigas) y en una de esas sesiones donde ya no prima el diván sino el chat, me pregunta: 

- ¿Vos alguna vez estuviste enamorado de alguien.? Pero enamorado bien, con todas las letras.


Yo, que ya era casi experto en enamoramientos, por la sola razón de tener ese Yo enamoradizo demasiado inquieto; dudo, pienso y repienso la pregunta y mi respuesta, le contesto con toda aquella sintomatología "normal":
- pff.. cuando te conocí.. y el sábado que pasó y el otro.. (haciendo referencia a los últimos días que la había visto, y en los que yo reafirmaba y replanteaba lo que me pasaba hacia ella).

En este preciso momento se hace ese abismo de silencio que a uno inquieta por la falta de respuesta, donde las palpitaciones se hacen mas fuertes, donde se enfría el sudor de tu frente y te sentís como un tonto por no haberte callado la boca.

Y así termino mi relato...
Con una historia cuyo fin es desconocido...
Yendo camino a mi cama y tratando de imaginar como será el próximo encuentro...
En un estado de alegría-depresión...
Sin una segura respuesta...
Pensativo, algo pensativo...