lunes, 10 de junio de 2013

Espero y desespero...

















Espero...
Sentado a la mesa de cualquier bar.
En la esquina de mi barrio que más se hace transitar.
En los sueños de cama y campo caminar.

Espero, siempre espero...
Porque mi soledad se hizo costumbre.
Porque es el camino más fácil de andar.
Porque el miedo me hace así reaccionar.

Espero, concretamente, siempre espero...
Alguien que me haga besar sin darme tiempo a pensar.
Esa persona que me lleve a escapar de mi estructura mental.
A quien me invite a improvisar.
Porque si por algo estoy esperando...
Es porque hoy me doy cuenta de mi miedo a amar.

(Es muy difícil de pensar que alguien enamoradizo tenga miedo a amar pero es este mismo miedo, que me paraliza y me hace esperar por alguien que actúe sin dejarme pensar, alguien que por impulso me haga reaccionar).